Los procesos naturales dentro del cuerpo se modulan casi exclusivamente por la interacción de secuencias específicas de aminoácidos. Los péptidos son moléculas inteligentes, compuestas por una cadena de aminoácidos organizados en una secuencia específica que mejora el flujo de información necesario para reparar los daños en la piel. Actúan como mensajeros, mejorando la comunicación celular entre la epidermis y la dermis, ayudando a reducir la apariencia de líneas finas, arrugas e hiperpigmentación.

Con la edad, los péptidos naturales pierden su efectividad y la piel comienza a mostrar signos de envejecimiento, como: piel más fina, arrugas superficiales y profundas, flacidez, laxitud y manchas.

Los péptidos biomiméticos desarrollados en el laboratorio son moléculas más estables y efectivas que imitan la función de los péptidos naturales. Reinician la comunicación celular, actuando de manera natural en los diferentes niveles de la piel dañada y ayudando a regenerarla. Su actividad antioxidante también previene el envejecimiento al neutralizar la acción de los radicales libres.

Los factores de crecimiento trabajan en armonía para nutrir y restaurar la funcionalidad y apariencia de la matriz extracelular, ayudando a mantener una piel saludable y juvenil.